La acusan de fría, el ser humano que no para con sus juicios, prejuicios y falsas etiquetas… Pero yo me he asomado a las profundas simas de su alma, y conozco la dulzura que alberga su corazón.
Es ella la instigadora de todos los fuegos en todos los hogares y en todos los corazones. Es por ella que la madre amorosa arropa a sus hijos en la noche fría. Es por ella que las almas se reúnen alrededor del fuego del hogar, y se comunican con amor, y se cuentan historias, unas fantásticas, otras reales.
Yo he visto el brillo en su mirada, cuando las personas encienden sus corazones… Y cuando su alma se colma de amor y felicidad, he visto cómo llora de emoción, transformando su blanco manto en agua, que es la fuente de la vida. La que llena los ríos, pura y cantarina. La que riega las flores y las llena de colores y magia.
La acusan de fría, y ella, callada, se limita a tocar con su varita mágica cada uno de nuestros corazones.