En el mundo frío y hostil que creamos, sin creer, nace el más bello árbol de la vida, y con él, renacemos, para alcanzar nuestro verdadero origen: el cielo.
Ya no bastan los bloques de cemento, el frío fulgor de una vida vana,
corriendo tras el éxito ficticio, la riqueza, la panza llena, la jaula y la desgana.
Quiero ser árbol, luna, viento, agua, sol, acariciar la verdadera esencia de mi águila.
Quiero ser una con mi yo, con mi origen, en plena consonancia con mi alma.
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